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AUTOR/ES: J. Quiñones Sampedro, JM. Ramia Angel, V. Arteaga Peralta, R. Puga Bermudez, F. Adel Abdulla, L.
Gijón de la Santa, MA Alonso Conde, J. Hernando Alonso, R. De la Plaza Llamas, J. Garcia-Parreño Jofre
INSTITUCIÓN: HOSPITAL GENERAL UNIVERSITARIO DE GUADALAJARA
INTRODUCCIÓN
La fistula biliobronquial es una patología poco frecuente que suele estar en relación con malformaciones congénitas,
lesiones traumáticas toraco-abdominales, o patología infecciosa como la hidatidosis hepática. El síntoma cardinal y
patognomónico es la bilioptisis; la solución quirurgica de esta patología es a menudo compleja con altos índices de
morbilidad y mortalidad.
CASO CLÍNICO
Paciente varón de 83 años con criterios clínicos de EPOC, exbebedor, HTA, y hernia de hiato, consulta en el servicio de
neumología por presentar tos y expectoración amarillenta muy abundante sin fiebre ni dolor torácico asociados. En un
cultivo de esputo se aíslan Cándida Albicans y E. Coli. Tras apreciar en rx de torax, quiste hidatídico hepático derecho y
elevación de hemidiafragma homolateral así como infiltrado basal derecho, se decide realización de CT toraco-abdominal
y RMN donde se evidencia trayecto fistuloso biliobronquial. Se realiza CPRE descompresiva sin cesar la sintomatología
del paciente por lo que se decide intervención quirúrgica programada. En la cirugía se aprecia quiste hidatídico
calcificado con comunicación hacia hemidiafragma derecho, se realiza quistectomia parcial con resección parcial y sutura
primaria de diafragma derecho. Durante la extubación del paciente se produce broncoaspiración masiva que deriva en
un síndrome de distress respiratorio del adulto falleciendo el paciente a los 26 dias en la unidad de vigilancia intensiva.
CONCLUSIONES
Las fistulas bronquiales secundarias a hidatidosis hepática son una rara complicación con un alto índice de
morbimortalidad, para su diagnostico, los síntomas clínicos, principalmente la bilioptisis son fundamentales; unas
herramientas importantes en la actualidad son las pruebas de imagen modernas (TAC y RMN), desplazando a otras
como la broncografia. En el tratamiento parece haber consenso sobre la indicación quirúrgica, aunque nos podemos
apoyar en las técnicas endoscópicas para liberar presión en la via biliar (CPRE), facilitando la posterior cirugía.
A pesar del correcto manejo, los índices de morbilidad y mortalidad asociados a dicha cirugía siguen siendo muy altos.
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