|
AUTOR/ES: Sandra Núñez, Alberto Parajó, Isabel Martínez, David Iglesias, Marta Salgado, Nuria Iglesias, Julio
Domínguez, Francisco J. Gómez
INSTITUCIÓN: COMPLEXO HOSPITALARIO DE OURENSE
INTRODUCCIÓN
La enfermedad hidatídica está producida por Echinococus granulosus y es endémica en España. La hidatidosis hepática
puede ser asintomática o provocar síntomas por la expansión del quiste. La presentación aguda debido a rotura
espontánea o traumática es rara. Presentamos un caso clínico de dolor abdominal leve por rotura espontánea de quiste
hidatídico hepático sin anafilaxis y analizamos la actitud a seguir.
CASO CLÍNICO
Mujer de 15 años con antecedentes de retraso intelectual, epilepsia, que ingresa urgente con cuadro de 3 días de
evolución de malestar epigástrico, por empeoramiento del dolor y vómitos. Exploración abdominal: dolor epigástrico sin
defensa. Ecografía abdominal y TC: lesión anecoica de 8 x 4 cm en lóbulo hepático izquierdo, rodeada por dos finas
capas ecogénicas, y con imágenes de vesículas en su interior, asociado a líquido libre intraperitoneal, sugestivo de
quiste hidatídico roto. Intervención quirúrgica urgente: quiste hidatídico hepático en segmentos II-III roto, con líquido
serohemático turbio en cavidad (300cc). Se realiza esterilización del quiste con suero salino hipertónico al 20% y
aspiración del contenido, con destechamiento y exéresis completa de la membrana germinal, seguido de lavado de la
cavidad abdominal y epiploplastia. La evolución postoperatoria fue favorable y se realizó tratamiento ambulatorio con
albendazol (400mg cada 12 h), dos ciclos de 28 días. Tras dos años de seguimiento no hubo recurrencia ni hidatidosis
secundaria.
DISCUSIÓN
La rotura de un quiste hidatídico hepático, habitualmente producida por traumatismo, puede ser espontánea (1-5%),
sobre todo en quistes a gran tensión. El cuadro clínico puede ser leve o acompañarse de elevada morbi-mortalidad,
incluso con shock anafiláctico. Su diagnóstico se basa en la ecografía y TC. La estrategia quirúrgica consiste en la
esterilización del quiste, exéresis de los elementos contagiosos del hígado, obliteración de la cavidad y la prevención de
recurrencias y complicaciones. Se debe completar el tratamiento con albendazol. Es importante el seguimiento mediante
ultrasonografía anual.
|
|