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Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña
Tasende Presedo, Marta María (1); García Brao,
María Jesús (1); Rivas Polo, Jose Ignacio (1);
Romay Cousido, Gabriela (1); Fernandez Sellés, Carlos
(1); Fernandez López, Lucía (1); Civeira Taboada,
Tatiana (1); Pineda Restrepo, Andrés Felipe (1); Bahamonde
Calvelo, Francisco (1); Machuca Santacruz, José (1)
Introducción
y objetivos
Los quistes hepáticos solitarios no parasitarios son
una entidad poco frecuente, que se presenta, predominantemente,
en mujeres de mediana edad. Suelen localizarse en el lóbulo
hepático derecho y contienen un material acuoso claro.
La ecografía y la tomografía computarizada constituyen
los exámenes más útiles para el diagnóstico.
La mayoría son asintomáticos hasta que alcanzan
un tamaño mayor de 5 cm, que pueden producir síntomas
compresivos y requerir tratamiento quirúrgico. Existen
alternativas al tratamiento, siendo la más utilizada
la fenestración del quiste. Presentamos el caso clínico
de una paciente que precisó tratamiento quirúrgico
a causa de un quiste hepático no parasitario de 12
cm de diámetro, que producía compresión
y dilatación secundaria de la vía biliar intrahepática,
el cual fue tratado de manera exitosa mediante cirugía,
realizándose una fenestración del quiste.
Material
y métodos
Paciente de sexo femenino de 57 años de edad que acude
a urgencias en marzo de 2008 por dolor en hipocondrio derecho
que irradia a espalda acompañado de tinte ictérico.
Analíticamente presenta patrón de ictericia
obstructiva. Se realiza ecografía y Tc de abdomen que
demuestran la presencia de colelitiasis y quiste simple en
el lóbulo hepático izquierdo de 12 cm de diámetro
que provoca moderada dilatación de la vía biliar
intrahepática.
Resultado
La paciente fue tratada quirúrgicamente mediante laparotomía
realizándose fenestración del quiste hepático,
colecistecomía con colangiografía intraoperatoria
transcística, coledocotomía, duodenotomía
y papiloplastia. Evoluciona favorablemente con resolución
clínica y normalización analítica y del
calibre biliar, comprobado con colangiografía transkehr,
siendo dada de alta hospitalaria y seguida en consultas externas
sin haber realizado complicaciones ni recidiva del quiste
hasta el momento.
Conclusiones
Los quistes solitarios no parasitarios del hígado constituyen
una entidad congénita considerada poco frecuente; parte
de ello se debe a que muchos son asintomáticos y son
hallazgos casuales en pruebas de imagen, intraoperatoriamente
o en necropsias. Dado que evolucionan lentamente, no se manifiestan
hasta edades avanzadas y generalmente por compresión
dado su gran tamaño. Predomina en el sexo femenino
y se localiza más frecuentemente en el lóbulo
hepático derecho. Las pruebas de laboratorio y función
hepática suelen ser normales. Las pruebas de imagen
más utilizadas para el diagnóstico son la ecografía
y la tomografía computarizada aunque la confirmación
se realiza demostrando una lesión quística revestida
por un epitelio. Sólo requieren tratamiento si son
sintomáticos y el tratamiento puede realizarse por
vía percutánea puncionando y drenando el quiste
seguido de la aplicación de un agente esclerosante,
procedimiento con el que suele haber recurrencias o por vía
quirúrgica disponiendo de varias alternativas: resección
hepática, marsupialización, derivaciones internas,
fenestración por vía laparoscópica o
por laparotomía e incluso transplante hepático.
La técnica más utilizada actualmente es la fenestración,
con una alta efectividad y bajas tasas de morbimortalidad.
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