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CHUAC
BOUZON ALEJANDRO, ALBERTO (1); Alvite Canosa, Marlem (1);
Seoane Vigo, Marta (1); Berdeal Diaz, Maria (1); Perez Grobas,
Jorge (1); Carral Freire, Maria (1); Gomez Dovigo, Alba (1)
INTRODUCCION
Y OBJETIVOS
El Quiste Mesentérico es una tumoración benigna
poco frecuente y de etiología desconocida. Aproximadamente
el 50% cursan de forma asintomática, y resultan un
hallazgo casual durante un acto quirúrgico o exploraciones
complementarias de rutina.
La incidencia en adultos es de 1/100000 ingresos.
La localización más frecuente es el mesenterio
del ileon, aunque su ubicación abarca desde el mesenterio
duodenal hasta el rectal.
MATERIAL
Y MÉTODOS
Se presenta un caso de quiste mesentérico confirmado
histopatológicamente.
Caso: Mujer de 56 años, con antecedentes personales
de Dispepsia no ulcerosa, Dislipemia y Enfermedad miomatosa
uterina. La paciente era seguida en consultas de Aparato Digestivo
por dolor sordo en fosa ilíaca derecha irradiado a
la espalda.
El estudio ecográfico abdominal ambulatorio evidenció
estructura unilocular quística de pared fina en FID,
por lo que se solicita TAC de abdomen que confirma quiste
de 5.5 cm de diámetro mayor a nivel de FID, compatible
con linfangioma quístico o quiste de duplicación
mesentérico.
La paciente fue intervenida quirúrgicamente mediante
laparotomía media infraumbilical, encontrándose
una tumoración quística a nivel de mesenterio
de ileon terminal y realizándose exéresis de
la misma. Durante el posoperatorio evolucionó favorablemente,
recibiendo el alta hospitalar al cuarto día.
RESULTADOS
Un año después de la cirugía, la paciente
se encuentra asintomática y los controles ecográficos
seriados no han mostrado alteraciones.
CONCLUSIONES
Los quistes mesentéricos son tumoraciones poco frecuentes
cuyo diagnóstico preoperatorio es difícil. La
ecografía y la TAC abdominal son las pruebas complementarias
más útiles para su identificación. El
tratamiento consiste en la escisión quirúrgica
completa del quiste, por el riesgo elevado de crecimiento
sintomático o complicaciones graves como obstrucción
o isquemia intestinal, peritonitis secundaria a perforación
del quiste, herniación inguinal o transformación
maligna, siendo el abordaje laparoscópico el más
aceptado. El seguimiento se realiza con ultrasonido seriado
cada seis meses, con el fin de detectar recurrencias.
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